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Durante Internet Freedom Festival (Festival para libertad en Internet apoyando derechos humanos en todo el mundo) al inicio de este año, Gabriela comenzó a facilitar una versión del taller que Valerie Aurora, de la iniciativa ADA y consultoría Frameshift Consulting, imparte para empresas en California. Intenta concientizar sobre la idea de solidaridad interpersonal y el trabajo de descubrir privilegios en nuestras propias vidas. Adaptamos este taller durante SRCCON 2017 para específicamente aplicarlo a nuestro trabajo en periodismo.

La cobertura mediática tradicional tiene un papel muy importante en el sistema de opresiones que vivimos. Debido a nuestros “procedimientos operativos estándar,” los y las periodistas perpetuamos estereotipos, mitos e invisibilizaciones. Sin obstante, creemos poder combatir opresiones en cuanto destapamos y nombramos privilegios y sesgos no sólo en nuestro trabajo personal sino también en el profesional.

Aprontar el terreno

La idea principal consiste en escuchar a las comunidades que son parte de nuestros artículos y a la vez obligarnos a considerarlas como nuestras audiencias. El lenguaje que utilizamos al hablar sobre ellas debe ser, según sus propias indicaciones, el lenguaje adecuado para que usemos quienes no somos de sus comunidades. Además, las relaciones que mantenemos con ellas debe incluir la historia que tienen con nuestras plataformas y con nuestra profesión. Lo que llamamos solidaridad activa requiere hacer trabajo antes de empezar a escribir y luego de que ya escribimos el artículo. E incluye reconocer cómo la historia actúa sobre cada interacción y cómo nuestro trabajo también agrega algo a esa misma historia.

Una de las batallas esenciales es la “paradoja de la tolerancia” que en periodismo se transforma en objetividad falsa. Introducir “los dos lados” ha constantemente achatado el matiz y facetas de los artículos y, al dar plataformas descontextualizadas y ahistóricas al odio y a la intolerancia, ha puesto en peligro a poblaciones marginales.

Estas plataformas no han sido cuestionadas ni puestas en un contexto real de opresión global e histórico.

Actuar en solidaridad y como aliado requiere que las situaciones de opresión no sean examinadas para perseguir una narrativa única o el gancho para un artículo sino para enraizar a la investigación en las realidades materiales que la hacen la misma. Parte de esto es cambiar el rol del periodista desde un experto o experta a alguien que se esfuerza en su trabajo. Puede ser que te equivoques, en cuyo caso vas a rendir cuentas sobre el error y continuarás tu camino a mejorar tu trabajo. La tradicional “Fe de erratas” es una herramienta poderosa en la prensa- una herramienta que nos hace más humanos a todos y todas nosotras y nos ayuda a inspirar confianza a quien nos lee.

La Experiencia de solidaridad

Fue importante que nuestro taller fuera privado y que los y las participantes pudieran expresarse de forma anónima Al hacer el periodismo solidario, enfrentamos barreras constantes que son las realidades del sistema en el que trabajamos. Ser uno de pocos periodistas que apelan constantemente por mejores prácticas puede dañar tu carrera, y si tú mismo eres miembro de algún grupo marginado, puede dañar tu bienestar mental y emocional. Fue importante proponer a quienes han sido tradicionalmente silenciados, a veces de múltiples maneras, el espacio para reconstruir el proceso de hacer este tipo de periodismo, y reflexionar en lo que pesan sobre ellos mismos y en las propias relaciones que tienen con su comunidad.

Una y otra vez, los participantes contaban de intentar decirle a alguien, “esto es una idea insensible y no está bueno” mientras eran ignorados, y luego de tener que ser responsables de esa mala decisión frente a una comunidad enojada, y con toda razón.

Repetían varias veces lo de la cobertura sobre violencia policial, donde las víctimas negras han sido constantemente demonizadas, los testimonios de policías han tenido tratamiento preferencial, y la conección entre los incidentes y la violencia histórica contra gente negra en Estados Unidos se ha condensado, en un sólo párrafo, en los mejores casos. Esta descontextualización por parte de la prensa nos ha llevado a protestar la cobertura que continuamente marginaliza la actividad política negra como disturbios en vez de enmarcarla como una táctica válida ante continúa violencia que vive esta comunidad.

La prensa que actúa en solidaridad no sólo debe cambiar esa narrativa sino también entender el peso de este desbalance en la relación tan desigual y el tiempo que va a llevar arreglarla. Desafortunadamente, demasiadas plataformas piensan que este trabajo es instantáneo, más que proporcional al tiempo que lleva romper estas relaciones.

Nuestros suelos, nuestra Tarea

Revisamos aquí otro aspecto de los objetivos del taller; es decir, un lugar donde concebir mejores espacios. Si bien que el trabajo en justicia social insiste en desarrollar tácticas y estrategias para contrarrestar la esperada resistencia-y eso es justo-muchas veces este enfoque significa que a los y las periodistas no se les permite soñar. Uno de nuestros requerimientos para este taller era darles a periodistas un espacio para reflexionar cómo sería desarrollar mejores artículos.

Las narraciones que imaginaban en cuanto a la inmigración presentaban una historia mucho más realista, humana y últimamente atractiva. Uno de los mayores obstáculos para desmantelar los sistemas de opresión es la simplificación excesiva. Por ejemplo, muchos reportajes suelen enfocarse en las historias de inmigrantes aislados sin sopesar el alcance de las migraciones. Las personas se convierten en meros medios en vez de ser agentes que intentan navegar enormes cambios globales. Sugirió una de las participantes esta posibilidad : explorar a la inmigración a través de las experiencias de gente que viene desde Brasil a EEUU y viceversa.

La palabra solidaridad es muchas veces un cliché, pero está enraizada en una verdad necesaria. Los sistemas del mundo han históricamente y continuamente interactuado para marginar y violentar a la gente que no está en el poder. La inclusión y la tolerancia no son suficientes; tampoco forman la verdad. La verdad es que debemos directamente y concretamente trabajar para presentar la realidad del mundo en donde la gente vive -no con sólo nuestros sentimientos, sino también con nuestro trabajo profesional. Si queremos lograr un mundo mejor, debemos encontrar formas de ser honestos con el mundo; ese es nuestro trabajo como periodistas, y nuestro deber como personas.

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